martes, abril 19, 2005

Breve Tratado sobre la Felicidad.

Uno de los ejercicios preferidos de mi profesora de teatro era el llamado "crazy dance". Básicamente consistía en saltar lo más enérgicamente repetidas veces, soltando todos los músculos del cuerpo, como si éste estuviera hecho de masa de fideos (cocida). El movimiento se asemeja al que hacemos entre los 4 y 10 años cuando nuestra mamá no nos da bola, y nos ponemos a saltar en la cocina.

Hace un rato, cuando volvía caminando a mi casa, venía en frente mío un hombrecito de unos cuatro o cinco años, de la mano del padre o hermano. No venían caminando... y "salticando" no es tampoco la palabra. Lo más parecido que conozco a lo que venían haciendo, por la vereda, es el "crazy dance". Modesto, pero sostenido. Yo no podía ver la cara del hombrecito, pero desde atrás nomás se le notaba que era el más feliz del mundo. Y su padre/hermano también. Yo también lo habría sido.


Una cuadra más adelante me cedieron el paso al cruzar la barrera, y los perdí de vista. Pero entrando a mi casa los vi otra vez; se ve que el andar los había cansado, y el hombrecito montaba, satisfecho, los hombros de su acompañante. Al sacar la basura pude verlos durante otro breve instante: sus manos agarradas, iban moviendo los brazos bailando a vaya saber qué ritmo.

pópes II

... y habemos Papa! Pero no voy a postear al respecto.

domingo, abril 17, 2005

popes

Si blogueara probablemente comentaría esta nota de Clarín sobre algunas de las sórdidas joyitas de la historia del Papado.
No podría evitar recordar uno de los primeros cuentos del Decamerón (*) de Bocaccio (la Novela Segunda, en la Primera Jornada). En él, el judío Abraham es animado por su amigo Giannotto de Civigní para convertirse al catolicismo. Tanto le rompe las pelotas Gianotto con eso de salvar su alma abrazando la verdadera fe, que nuestro protagonista decide ir a Roma a ver cómo es la cosa esta del cristianismo. Ante esto, al Gianotto se le llena el c*lo de preguntas: supone que su paisano compadre, al ver el "licencioso" estilo de vida de los cardenales y obispos, lo mandará a freir churros definitivamente. Pero nada de eso: Abraham, ni bien vuelve a París, no termina de desensillar la mula que ya va y se hace cristiano. Su genial argumento es que, por lo que había podido ver,
"con todo ingenio y con todo arte me parece que vuestro pastor, y después todos los otros, se esfuerzan en reducir a la nada y expulsar del mundo a la religión cristiana, allí donde deberían ser su fundamento y sostén. Y porque veo que no sucede aquello en lo que se esfuerzan sino que vuestra religión aumenta y más luciente y clara se vuelve, me parece discernir justamente que el Espíritu Santo es su fundamento y sostén, como de más verdadera y más santa que ninguna otra"

((en otras palabras - para la apurada lectora - : "he visto que hacen tanto para hundir tu religión - aquellos mismos que deberían ser sus defensores - que si ésta se mantiene en pie a pesar de ellos, sospecho que debe ser la verdadera))

* más sobre esta obra, acá.

martes, abril 12, 2005

Humor en clave de Fa (agudo).

En un país en el que todo se hace a pulmón y un poco a los ponchazos (no, no esos ponchos gauchezcos que les venden a los turistas por 70 o 100 dólares), pasan cosas como que, en un Conservatorio, la profesora de canto tenga que andar empujando el piano para alejarlo de la pared enmohecida que podría hacer trizas su aparato respiratorio. Mi profesora, cuando se encontraba trasladando ella solita el dichoso (y pesado) instrumento por toda la sala, decía: "Esto lo hago yo, porque soy mezzo... una soprano no lo haría porque se le quiebra el agudo".

domingo, abril 10, 2005

Bolupost

I) Está científicamente comprobado que comer torta de madrugada, después de salir a bailar, alarga la vida.

II) Está (casi) científicamente comprobado que las mujeres porteñas son como son por que los hombres porteños son como son.

viernes, abril 08, 2005

Sing, Song, Swing. (Descomponiendo)

Cierta vez un profesor nos contaba sobre un americano que había "tocado" el primer movimiento de la Novena Sinfonía de Bethoven usando el ruido de turbinas de un jet. El procedimiento era algo así como "separar" las distintas frecuencias de sonido contenidas en el ruido de la turbina y volver a unirlas a voluntad.
Caminando por la Avenida Cabildo - o cerca de un tren que está llegando a la estación -, es posible encontrar el timbre justo (y el volumen adecuado) para ir cantando Ella Fitzgerald sin que nadie pueda oírlo.

jueves, abril 07, 2005

Tendencias de esta estación

La estación fue ambientada con varios espejos de agua y trae incorporada una fuente onda feng shui . El verde hoja y el gris plomizo forman un dinámico contraste; aunque el efecto vintage del banco no está del todo logrado y a la enredadera que trepa por una de las columnas se le escapa una flor rosita que no termina de combinar. Pero en general está muy bien.

viernes, abril 01, 2005

Night Cap: The Nerd And I

Finalmente conocí al famoso "nerd", al clásico de ayer y de hoy. Pasados los veinte pirulos, es más un pichón de genio frustrado, mezclado con intelectualoide cheto. Cuando te habla, es inevitable sentir que te están tomando lección. Por más que haya cerveza de por medio. Una y otra vez.
Sus amigos lo miraban, incrédulos, captar la atención de media docena de chicas - incrédulas- que en realidad no podían creer que les estuvieran tomando prueba sobre historia antigua y Literatura inglesa un sábado a la noche.
Yo me saqué un 8.