viernes, febrero 18, 2005

Reanudamos la transmisión. (mirando atrás)

Sin mucho para decir, como de costumbre, pero con muchas ganas de hablar.

No sé si el silencio se debió a que desenchufé la computadora algún tiempo o a que encontré - a través de la Dra. y sus maravillosos links desactualizados - mis viejos Anteojos. Primero vi cómo había destrozado mi imperfecto pero hermosísimo templeit y me acordé por qué no me había costado mucho abandonarlos. Después observé cómo aquél blog era infinitamente mejor que éste y me deprimí.

Después volví, me quedé en la ruta, temí por mi supervivencia, trasnoché en un auto, terminé de volver, agradecí a Dios, me duché, recibí algunas malas noticias y otras buenas, pasé dos días con el ídolo de mi primito y ya estoy perdiendo el tiempo acá otra vez. La vida no es cualquier cosa.

1 Comments:

At 4:54 p. m., Anonymous Anónimo said...

Obviamente, no es cualquier cosa. Tampoco es lo que queremos.

Inferencia: lo que queremos no es cualquier cosa.

Me pasa el uvasal?

 

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