viernes, diciembre 28, 2007

168 Inconciente colectivo

Hoy me encontré, en un colectivo que me tomé por casualidad, a un chico que conocía vagamente y con el que establecí una conversación que duró unas 18 paradas, que terminó cuando me bajé sola en medio de la lluvia y que incluyó una pregunta incómoda. Una pregunta incómoda es una pregunta que me deja mal parada al tratar de contestarla, chapuceando, y que me deja pensando, y que, en general, trasciende en un post o en un cambio de vida. Me habrán hecho dos o tres como mucho, de estas preguntas incómodas. Pero mejor explico de a una las implicancias de esta conversación de unas 18 paradas.

H1 : La primera, más inquietante y evidente, es que al parecer la vida me ha dado un extraño don. Cuando hay un chico que me gusta mucho, y con el que fantaseo en secreto, tarde o temprano me encuentro en situación de... de que se dé, digamos. A ver: nunca fui ni demasiado linda, ni demasiado simpática, ni demasiado hábil... cuando digo "tarde o temprano" en general es tarde, bastante tarde, y en situaciones por lo menos curiosas. Todavía no entiendo muy bien este "don"... ni estoy segura de que no se me vaya, ahora que lo puse en negro sobre blanco, pero de sólo pensar que se ha cumplido casi a rajatabla me da piel de gallina.
Por lo pronto, de a poco entiendo que también puedo dejarlo pasar, jaja.

H2 : La segunda curiosidát del encuentro es que me di cuenta de que por primera vez en mi vida estaba frente a alguien conocido que estaba, a todas luces, volado. "Estado de conciencia alterado a través de estímulo químico" no etílico, llamalo, si querés. Estoy apenas por debajo del cuarto de siglo, y juro que es la primera vez. Inconfesable.

H3 : Llego a la pregunta incómoda. Venía de 15 minutos aprox. de charla sostenida con alguien cuyo nombre no me acordaba, y con quien jamás había cruzado antes más que un par de formalidades. (Estas situaciones desafían mi creatividad y me envalentono para construir una conversación casi sobre el vacío... sobre todo cuando necesito mantenerme despierta por 18 paradas más).
En eso se llega al tema del estado civil y digo lo que me pareció una genialidát - y que sin embargo es cierto - : que "estoy en el estado de soltería más genuino de toda mi vida" (en estas conversaciones de colectivo se usa mucho la palabra vida). Y lo que obtengo por respuesta es "¿a cambio de qué?". A lo que - rearme defensivo mediante - me puse a enumerar en orden de prioridad las cosas a las que les dedico mi tiempo, pasión, y atención. Y la respuesta, por supuesto, suena bastante tonta.
Ok, no es tiempo entonces, lo que uno cambia por la compañía de un hombre. Y tampoco es "flexibilidad" o "poder elegir qué hago con mi tiempo" porque eso son patrañas.... ¿o no? Se me hace que es salud mental, pero cómo explicárselo a un hombre? Y cuando la necesidad de contacto aumenta, la salud mental flaquea de todos modos (y aún en otros casos también). ¿Entonces?
La pregunta es muy poética, pero está mal. La pregunta. "a cambio de qué" estás soltera? (si era esa, la pregunta... si no era una propuesta desubicada, ja, pero pensemos que no). Yo no cambié nada. No vivimos en el 1800, donde una mujer - no, una pibita, conoce tres o cuatro pibitos "elegibles" y el amor es así y la pareja es asá, y creéme, sino leé esto. Ya no hay guerras (acá), ni certezas, ni promesas inquebrantables que nos empujen a creer, firmar, y ponerse a comprar casa, lavarropas y a hacer bebés, sin antes explorar un poco. Y una se da cuenta. Y lee, pero le rompen el corazón una, dos, tres. Y en el tren escuchás esa conversación maravillosa, mágica, de enamorados, que de afuera suena más tonta y edulcorada que un Clight naranja. Y encontrás a tu alma gemela y después la relación se desgasta y te encontrás al que te conversa con la mirada y te das cuenta que era una ilusión óptica. Y que siempre, casi siempre, es una ilusión óptica, y es nuestra proyección de una fantasía propia sobre un pobre humano tan o más perdido que nosotros... e incluso más inexcrutable.
Yo, a los 13, decía que el amor no existe y era una tarada, porque en realidad era que no había tenido un amor (porque sobre todo entonces no era ni demasiado linda, ni demasiado simpática ni demasiado hábil). Y ahora digo que el amor existe, pero es amor hacia el universo, hacia una conciencia etérea, hacia el hermano, hacia el árbol, hacia el amigo. No conozco una sola mujer que lleve más de 10 años de casada que no se confiese confundida, y desbordada por esa con-vivencia con un hombre con el que cada vez tiene menos en común. Por compartir cuenta bancaria, lavarropas y familia con un extraño. Ni conozco una sola mujer con más de 2 años de divorciada que no esté buscando otro al que asociarse.
Yo no cambié nada por nada... yo todavía estoy tratando de entender por qué mi cuerpo me pide, me insiste, me engaña, para que me reproduzca, me encuentre una pareja y me asegure descendencia. Todavía estoy tratando de entender por qué no me hice la boluda, en el colectivo, la que no lo conocía.

6 Comments:

At 10:36 a. m., Blogger tinch said...

Uh, qué chiquito se ve el recuadro este de comentarios comparado con lo que me iba apareciendo para opinar sobre esta última entrada, tan reveladora ella.
Me sirve la excusa entonces para intentar ser breve, y todos contentos.
En realidad lo que me parece es que el asunto con este planteo amoril es que uno tiende a mirarlo como algo que "funciona" o "cumple" con las expectativas que uno tiene de él en la medida de su perpetuidad. Es decir, entendemos que el amor que vale es el que permanece. Es como natural, mamado de la base misma de la cultura, si nos separamos de alguien enseguida pesa una sensación de fracaso, de algo que no funcionó, y difícilmente tengamos la perspectiva de que algo "cumplió su momento" o simplemente fue lo que era y no más.
Esto no lo digo en plan mente superior comprendedora de las profundas órbitas sentimentales. Si una mujer luego de diez años de convivencia tiene sus dudas, y siente que ya hay poco en común, entonces será que el amor se fue perdiendo, o que se transformó en otra cosa que después cada uno decidirá si le resulta necesario/positivo/loquesea como para continuarlo o no.

Pero en fin, hay de eso que decís, amor etéreo al amor en sí, y mucho de eso, pero también se puede querer a alguien, engancharse, ponerse pelotudo y todo lo que viene, y los tiempos que perdés se ganan también y se borra esa consciencia económica de las pasiones propias, porque todo lo que se está dando llega de vuelta también y la mar en coche.

Uf.

Saludos!

 
At 10:41 a. m., Blogger N N said...

Que no lo castre el recuadro, tinch!

jeje, un mail de tres líneas más tarde, no me veo tan guapita para seguir argumentando mi punto... pero déjeme decir que la mujer después de diez años no "tiene sus dudas", es secretamente miserable, según mis estadísticas. Y la separada también, y la 'solterona' ni te cuento...
Por otro lado, con la repetición, la magia de un momento se puede volver un acto ensayado... más si estamos sobre-atravesados de películas, libros, publicidad. Algo de fe conservo en el sabor del encuentro y ese flechazo que te vuelve pelotudo/a, pero siguen siendo hormonas que te engatuzan y/o fantasías que proyectás.
Igual es sólo una hipótesis... embebida de optimismo de fin de año, jaja. vivan las fantasías, vivan las hormonas, y amémosnos los unos a los otros, amen!

slds... y feliz 2008 a cualquier desprevenido que haya entrado buscando el recorrido del 168 rojo!

 
At 3:57 p. m., Anonymous Anónimo said...

Mmmm... no sé. Yo ni en la perpetuidad del flechazo y las hormonas en ebullició, ni la miseria a los 10 años, che. Lo que digo es que se arma algo, se construye como una sociedad entre dos, que pasa por distintas etapas, y que todas pueden ser buenas de distintas maneras, con la intensidad puesta en distintos lugares (los polvos, el conocerse, las sorpresas, la convivencia, hasta los hijos por qué no, y no necesariamente todo esto en ese orden). Que después la sociedad puede dejar de funcionar por miles de razones, así como puede ser que se vaya renovando y siga teniendo sentido y generando bienestar. En definitiva es eso, estar bien, y así como nos pasa en la mayor soledad con las cosas más propias y egoístas que se te puedan ocurrir, hay cosas que nos hacen muchísimo bien en un momento y en otro ya no tanto. Yo qué sé.

¡Posteate el mail de tres líneas así nos enteramos más de tu vida! Y tu mail, así te mando otro de cuatro líneas, vas a ver.

¡felichitá!

 
At 9:12 a. m., Blogger Guzamadour said...

He aquí una que lleva 13 años entre noviazgo y convivencia, y que recientemente se ha asegurado descendencia, que no está confundida, y que tiene mucho más en común ahora que hace 10 años atrás con su pareja.
No se si cabe aclarar, porque la idea no es buscar afiliar a nadie más para ganarme una licuadora, que somos pastelitos.

 
At 2:24 p. m., Anonymous Anónimo said...

hola Natashaaaaaa.... que es esto?!
Me parece muy bien que actualicez, nena, ¡ pero no conviertas este blog en un consultorio del corazon, POR FAVOR!
jeje, chiste linda, pero que vuelvan los posts con links pavos :D, besote

pstdata: ademas ese chico es un nabo, por mas que se parezca a tom selleck!

 
At 12:30 p. m., Blogger N N said...

Tincher, cuando tiene razón, tiene razón. Aunque prefiero pensar en tribu o manada que en sociedad, le saca un poco la cosita fea de énfasis utilitarista.
((ah, no lo posteo nada, primero porque de tan simple me pondría en evidencia, segundo porque no es cosa tampoco de andar desparramando TODAS mis entrañas por acá))

Guzaaaa, pero si no se vale querida, lo suyo ya sabemos que es épico e irrepetible!!! aunq sirve de inspiración, lo sabéss (jeje, me hizo reir lo de la licuadora...)

ce: nuuuu, vos por acá!!! por qué no me extraña que una vez q comentás sea para cagarme a pedos. jiji, sisi, es reparecido a tom selleck, (será por eso q no me hice la boluda cuando subió al bondi?). Ya volverán los links pavos de interés gral, no me retes q soy rubia, beso.

 

Publicar un comentario

<< Home