Algos sobre Galgos.

Hoy vi a un galgo correr por la Avenida Cabildo tratando de seguir un rastro. Estaba solo, el galgo, así que supuse que estaba buscando su casa. Bien jodido debe ser seguir un rastro en plena Avenida Cabildo. Todos deberíamos tener alguien que, cuando nos perdemos, nos busque con tanto celo y urgencia como ese galgo.

Por qué, por qué, por qué?!?!?! (sí, esto es un diario, y qué?!)

Si llego justo con un tren esperándome, si tengo preparadita mi moneda de $1 y estamos haciendo cola desde hace 2 minutos, y - sobre todo - si tenés a la monedita de 25 centavos mirándote, tan bonita, desde el monedero ¿ME QUERÉS DECIR POR QUÉ MIERDA TENÉS QUE METER, UNA A UNA, LAS DE 5??? (y por qué ponés esa cara de desazón cunado las puertas del tren se nos cierran en la cara?!)

Si cien años después...

En algún momento del luminoso y vibrante almuerzo dominguero en familia, mi abuela hizo la famosa alusión a "cómo son los jóvenes hoy" y a la "juventud de hoy día". Como mi abuela es una mujer muy inteligente - y que ha sufrido lo suyo a manos de miembros de esa "juventud" - todos asentimos con la cabeza y dejamos pasar, como de costumbre, la tan mentada sentencia.

Un par de horas más tarde leo las afirmaciones de Ricardo Caballero, político Radical, acerca de la juventud argentina (traducidas al inglés): "that troop of indeterminate sex which drags its vanity through the avenues and the places of pleasure, where they are impelled by a surge of unhealthy lust"
... pronunciadas en la década del 1900.

Me preocuparía pensar que la coincidencia significara que no nos espera una adultez mejor que la de aquéllos otros jóvenes decadentes.